Saxon and the Gypsies' Fate (1988-1991)
Saxon: A Solid Sky Dive (1988-1991)
Por Sergio Pescador
1988.Destiny.
"Ride like the wind", el corte que abre debería romper narices, pero la banda realiza lo impensable, un correcto cover al clásico de Christopher Cross, es tan arriesgado como la letra de The Wasteland (Warrior Soul), que invita a refugiarse en México mientras tus fechorías se apaciguan, la voz tiene un toque de seda alcanzando agudos dignos de Ian Gillan, con teclados de Jon Lord, mientras Poison editaran un corte de similar apelativo pero recibido con clamor en las listas;
"Where the lightning strikes", ofrece riffs filosos con tempo dominado, el nombre recuerda a la flama comercial que se apago para Dokken posterior al doble asalto oriental;
"I can't wait anymore", un ritmo bluesy sobre una guitarra limpia, un midtempo tan correcto como Touch of Evil (Judas Priest), ambos grupos son pilares del heavy metal - ninguna banda de thrash les falta al respeto - la letra sirve como una linterna que te indica el sendero en una noche brumosa;
"Calm before the storm", Venom edita este choque de trenes, perdón, disco incomprendido, avanzado a su época y nunca favorito de la critica, un panorama desolador para los hijos del diablo, Saxon, por otro lado, utiliza teclados dignos de Money (Gamma Ray), con un ritmo que se acopla como piezas de un puzzle: el acertijo indica que la prensa y radio no apoyan al grupo, sin embargo, sus influencias son semillas para el power metal de Running Wild, esa es publicidad que no se puede pagar;
"S.O.S." inicia con un sondo de brisa, ese viento inhóspito no mueve ni un milímetro a Saxon, ni una pluma a Raven, ambos se aferran a su estilo, las melodías son tan agiles como Face the Heat (The Scorpions), cuyo aguijón de sinceras composiciones no ha perdido (ni perderá) su veneno;
"Song for Emma", la intro es la apertura de un sintetizador de castillo medieval, actualiza las historias de cuentos de hadas con moralejas reflexivas, como la hace Dio (Sacred Heart) y en futuro cercano, Hammerfall, una cálida balada, sentados frente a la fogata con honor y lealtad;
"For whom the bell tolls", no es versión de Metallica, cuyo baterista nunca dejara de ser un acérrimo fan, rescatando canciones obscuras de bandas poco difundidas para editar un compilado que es prender una antorcha en la caverna de la musica segregada, el corte presenta dualidad a las 6 cuerdas en contra esquina con Acacia Avenue (Iron Maiden) con finos ganchos memorables; "We are strong", presenta teclados que Styx no aplico correctamente en Mr. Roboto, se inclina hacia el masivo éxito de Europe, la letra es una guía para seguir adelante, no desistir de tus metas;
"Jericho Siren", actualiza la batalla del debut de Helloween, la voz vigila como el atalaya ante el ataque aéreo de Barón Rojo, un himno que pavimenta sobre la caballería de Into glory ride (Manowar); "Red Alert", es el llamado del grupo al campo de combate, una veloz conclusión que, al igual que Future World (Pretty Maids) confirma el vigoroso estado del metal europeo, la alarma cesa confirmando que no hubo bajas que lamentar.
1989.Rock'n'Roll Gypsies.
Algunas bandas como Dream Theater, Rage o Saxon, dificultan el seguirles el paso debido a que son tan prolíficas, este álbum en directo de 12 cortes no supera al águila que ha aterrizado ni sus secuelas, pero es testimonio de su entereza en el escenario y negativa a adoptar poses o sonidos de moda.
1990.Solid Ball of Rock.
El tema titular es una demoledora sonora de la magnitud de Ballbreaker (ACDC), el bajo forma cimientos solidos para el ritmo, las guitarras guían a la demolición del sonido plagado de músicos ajenos que tocan en otros lps de estudio de bandas sin talento, una aplanadora constante que confirma que you can't stop rock'n'roll (Twisted Sister); "Altar of the Gods", presenta gritos de aborígenes demenciales y guitarras que acechan con cerbatanas y venenosas puntas, la velocidad incontrolable y el titulo mas apropiado para Altar of Sacrifice (Slayer), las letras no replican a los rituales que demandan sacrificios a dioses primigenios de H.P. Lovecraft;
"Requiem (We will remember)", la vida es un camino duro y difícil, las guitarras conllevan melodías gloriosas como Right to Die (Chroming Rose), un recordatorio a nunca olvidar a tus ancestros que te mostraron la manera de escuchar y propagar el rock'n'roll, Little Richard muestra pulgar arriba desde sus mansiones celestes que asemejan
"Lights in the sky", pudo aparecer en nuestro estudio de canciones y extraterrestres, pero otra pieza de Saxon tiene el honor, el tempo fatigado asemeja el correr con prendas desgarradas por la campiña durante una madrugada gélida; ¿Fueron las visiones reales o es producto del licor ilegal? los solos realizan cirugía sin anestesia por galenos alienígenas en la película Fire in the Sky de 1994;
"I just can't get enough" contiene el mismo ímpetu que el clásico de Depeche Mode, los verdaderos fans de cualquier genero musical, no son rebeldes momentáneos ni buscan aprobación de la mayoría, es un estilo de vida al descubrir y recomendar bandas que te agradan, el tempo es tan macizo como la esfinge de Hot in the Shade (KISS); "Baptism of Fire", bautizara al debut solista de Glenn Tipton, los riffs envueltos en brasas te recuerdan que las letras son terror escapista, no enseñanza de criminales, revisa la guía para disfrutar el horror;
"Ain't gonna take it", el tempo desciende, la letra pudiera referirse a un romance fallido o rehusarse a firmar un contrato abusivo (Sistar),da la cara a tus retos, la guitarra acústica funciona para demostrar que, puedes retirar la distorsión pero el poder del grupo permanece; "I'm on fire", no es el corte de Van Halen, ni el de Overkill, aunque los 3 comparten un ritmo que calcina, representa esa llama nunca apagada de lograr tus propósitos con esfuerzo y sacrificio, nunca desfallezcas;
"Overture in B Minor Refugee", un nombre digno de Yngwie Malmsteen, una balada melancólica de un amor que se apaga, pero el viento y las hojas huelen a ella; "Bavarian Beaver", es un solo de bajo que lleva a "Crash Dive", exige un cameo de Crash Diet, un cierre musical de noche de juerga sin fin, es llegar al antro local y sonreír al ver que Hanoi Rocks ya pagaron la cuenta con barra libre sin aparente final.
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